Siempre me llama la atención escuchar a jóvenes vociferando frases enlatadas y fáciles de repetir como: “este país no sirve” o “aquí no hay apoyo para X o Y área”. Se repiten tanto y de forma tan natural que uno pensaría que se las enseñan desde temprano en la escuela o catequesis como si del himno nacional o el padre nuestro se tratase. Llama aún más la atención que muchos de esos jóvenes no tengan bases sólidas para tal afirmación y se den el lujo de utilizarlas como un hashtag.

Si bien es cierto que nuestro país no es perfecto, no creo justo usar frases que generalicen todo hacía un extremo u otro y mucho menos por parte de grupos que sólo se sientan a criticar ”qué se hace y qué no” sin jamás hacer algo al respecto para generar un cambio. Si nos concentramos en áreas de desarrollo artístico, veremos estas mismas frases seguidas del ya mítico: “hay que salir de este paisito de @#*da“. Esta última en especial es la que sin duda me ha llevado a escribir estas líneas.

Miedo al trabajo duro

Y uno se pregunta ¿dónde están las bases? ¿Estos jóvenes han evaluado o comprobado esas ideas? Esta idea de que no existe tal o cual cosa ¿debe ser un boleto a huir a nuevas tierras con ira en el corazón, o debe verse como una oportunidad para crear? Porque es obvio que las cosas no salen o nacen de la nada, en algún punto alguien debe dar la patada inicial.

Si continuamos en el ámbito artístico podemos ver una tendencia en nuevas generaciones de alcanzar el éxito de forma apresurada, definen el éxito de forma monetaria o un asunto de estatus, pertenecer a una élite, ser una figura. Más rechazan o evaden el trabajo arduo que dicho “éxito” conlleva, se quieren los beneficios de una carrera más no los sacrificios y eso es algo muy importante que muchas veces se deja de lado.

Relación del buen arte con la pasión por crearlo

Para generar interés, respeto y curiosidad por parte de organizaciones e instituciones lo primero es que se debe tener pasión. Se debe crear, desarrollar o perfeccionar algo por el placer de hacerlo bien, no sólo por los aplausos o el fandom. ¿Cómo puede haber una industria en tal o cual área si nadie crea nada para empezar?

Muchos de los que se quejan no tienen la voluntad de amanecer un par de días desarrollando algo, ni están dispuestos a correr riesgos económicos y emocionales por aquello que proclaman amar ¿entonces de qué se quejan?

Es fácil tirarle la culpa a un factor externo, siempre encontrar un villano que no es uno mismo. Chequen los casos de éxito de cualquier franquicia, medio o estudio y verán que no hay garantías.

“No todo el que trabaja duro consigue el éxito pero todo el que ha logrado éxito ha trabajado duro”.

Miedo al fracaso vs. los problemas del éxito

No es el país, ni las políticas, es que no se puede vender algo que no existe, algo incompleto o algo que no estamos dispuestos a hacer sacrificios con el fin de crearlo. No esperen que alguien pague o respete algo en lo que uno mismo no ha dejado todo para ganarse ese respeto. Si creen que los problemas del fracaso son lo peor a manejar, no quieran toparse con los problemas del éxito.

Existen, no son un mito y pueden acarrear más dolores de cabeza que el “fracaso”. No saber decir que no, ahora que lo lograste y todos quieren saber de ti, el sentimiento de que sólo fue un golpe de suerte y no creerte merecedor del éxito o estar tan preocupado por lo que vendrá después que no puedas disfrutar el momento.

Al final, ¿cómo combatimos la cultura de la gratificación inmediata?

Ya sea que se triunfe o no (como si la vida se midiese de esa manera) lo importante es crear, intentar, proponer. Si nos quedamos solo criticando, si damos la batalla por perdida antes de mover un músculo, las cosas se quedarán igual. Si ves que algo falta y tu sabes qué es pues grítalo al mundo, haz tu aporte, lucha por ello, no por estatus, no por ”likes” ni por aplausos, hazlo porque debe hacerse, porque es lo correcto.

En vez de saltar del otro lado del charco, sé un puente, uno para los que vendrán después, aunque esta es sólo la opinión de un escritor de cómics, ¿qué voy yo a saber?